La Guerra de los Caballos
Los caballos son fundamentales para la vida en el reino de Dorne. Es por ello que todas las casas compiten por poseer la mejor raza y al más poderoso ejemplar. El verano en estas tierras es particularmente duro y se presenta como una prueba para estos animales. Los que sobreviven a esta estación suelen ser buenos especímenes.
Aún así, todos los señores gustan de vanagloriarse de tener al mejor equino, el más rápido y el más resistente. Es por ello que hace años surgió esta competición. La Guerra de los Caballos se celebra al acabar la estación del verano y pone a prueba a los mejores sementales de cada Casa. Se trata de un torneo con tres pruebas: Una carrera corta, otra con obstáculos y una travesía larga a través del desierto.
La primera examina la velocidad, se recorre una milla a galope tendido. La segunda, la agilidad y maniobrabilidad, un cuarto de milla repleto de saltos, charcos y todo tipo de obstáculos. La tercera, y más temida, suele ser un extenuante recorrido, que cambia cada año, de tres días a través del desierto sin apenas descanso. Suele ser un reto tanto para el caballo como para el jinete.
El ejemplar ganador se alza con los herrajes dorados, un trofeo que dignifica a cualquier casa y que es un orgullo lucir. La Casa victoriosa suele recibir grandes cantidades de oro y no menos ofertas de monta para su semental. En los últimos años, la Casa Sunhorn se ha alzado con la victoria.
El Gran Ayuno
Esta antigua tradición fue traída por los invasores rhoynar y se ha conservado en la zona adaptándose a los tiempos. Trata de purificar el alma y endurecer el cuerpo ante las debilidades humanas. Consiste en la abstención de la ingesta, tanto de comida como de bebida, de las relaciones carnales y, para los más estrictos practicantes, hasta de los cambios de humor exagerados durante las horas de sol de treinta días. Muchos creyentes de la Fe dedican su tiempo a rezar y a expresar su veneración por los Siete.
Tras esta temporada, y durante la última noche, tiene lugar la festividad del Fin del Ayuno en la que todos celebran su fuerza de espíritu o su fidelidad a algún aspecto de los Siete. Salen a cenar grandes banquetes en las calles y las ciudades y pueblos se llenan de alborozo hasta bien entrada la madrugada.
La fecha de inicio y fin del Gran Ayuno es anunciada por el septón del Gran Septo del Codo que tras sus cantos informa a su Maestre. Éste, a su vez, lo transmite por cuervo a las fortalezas y urbes de la zona.
La Búsqueda de Sueños
Dicen que años antes de la llegada de la Reina Nymeria, un osado joven desafió a los dioses internándose en una oscura cueva hasta llegar a las mismas entrañas de la tierra y que de allí robó sus deseos. Dicen que los escondió en una vieja lámpara de aceite y que consiguió escapar. Sin embargo, también dicen que la ira de los dioses le persiguió y que no pudo eludirla ni hacerle frente.
Ahora, cientos de aventureros buscan la lámpara de los sueños que se rumorea que se extravió entre las arenas del desierto, pues dicen que hará sus deseos realidad. Durante todo el año, gran cantidad de ilusos, creyentes o desesperados buscan entre las dunas la vieja reliquia y es habitual encontrar cadáveres de viajeros achicharrados por el sol que no han tenido éxito. Nadie la ha encontrado aún, pero esto no agota las ilusiones de gran cantidad de incautos.